viernes, 21 de mayo de 2010

La rendición de Breda

Este cuadro mide 3,07 x 3,67 m. y es óleo sobre lienzo. Se pintó hacía el año 1635 de Velázquez.

Los dos protagonistas están en el centro de la escena y más parecen dialogar como amigos que como enemigos. Nassau se arrodilla y ese gesto es impedido por su contrincante que pone una mano sobre su hombro y le impide humillarse.
En el centro de la pintura y llamando la atención del espectador están los dos generales y como detalle que atrae más todavía la vista, está la llave que Nassau entrega a Spinola. Es un símbolo militar. En lontananza hay un paisaje; a la derecha pueden verse las lanzas victoriosas que se alzan hacia el cielo. De ese conjunto de lanzas le viene al cuadro su segundo nombre Las lanzas, aunque en realidad es una mala interpretación pues no son lanzas sino picas. A la izquierda se ven las picas y alabardas de los holandeses. Se aprecia un contraste entre los dos ejércitos: los españoles son caballeros cetrinos, curtidos, con rostro satisfecho y sosegado. Los holandeses son más jóvenes, rubios y muestran la fatiga y la resignación. Al fondo se ve Breda con sus fortificaciones y entre medias la campiña inundada, tal y como sucedió. También se ven incendios y una columna de humos. Es admirable el cielo gris azulado. En primer término, a la derecha hay un caballo de campaña, cuatralbo (con las cuatro patas blancas) tan encima del espectador que parece real. Se sabe que Velázquez no había estado nunca en Holanda pero conocía muy bien las pinturas flamencas y los grabados y en ellos se inspiró.
El colorido de este cuadro es especial. El ocre y el pardo es habitual en la paleta de Velázquez, pero aquí aparecen además unas aportaciones vivas con los verdes, carmines, azules y blancos.








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