
Era hijo y sucesor de Felipe II y de Ana de Austria. Él inaguró una nueva etapa en la política de los Austrias españoles.
Tanto él como sus sucesores dejaron las tareas del gobierno en mano de sus validos, en este caso en manos del Duque de Lerma.
Duque de Lerma:

Nació en Valladolid, y fue educado en la corte de Felipe II.
Fue un personaje muy poderoso en su época que llegó a dominar y gobernar toda España. Se hizo inmensamente rico a costa de saber manejar el tráfico de influencias, la corrupción y la venta de cargos públicos. Por otra parte fue un verdadero mecenas en la ciudad de Lerma en Burgos, donde empleó gran parte de su fortuna en engrandecerla y embellecerla contratando a los más sobresalientes arquitectos y utilizando los mejores materiales.
Por su cargo como ministro del rey vivía siempre donde se hallaba la corte; al principio de su mandato este lugar era Madrid, pero en 1601 consiguió que el rey accediera a trasladar la corte a Valladolid. El duque efectuó una magistral operación inmobiliaria seis meses antes del traslado, comprando propiedades e invirtiendo en su propio beneficio. Es lo que modernamente se conoce como especulación.
El regreso de la corte de Felipe III a Madrid se hace también por la influencia y los consejos del duque de Lerma. Los historiadores piensan que este regreso estaba preparado de antemano y que en los planes del duque nunca estuvo el hecho de abandonar por completo Madrid. Se sabe por los documentos que se conservan que ya en 1603 existen ciertas maniobras y acuerdos entre el alcalde de Madrid y el duque.
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